Ama, ama y ama.

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes social adormecidas 
las palabras de amor de mi garganta.

Vivís en una noche sin estrellas,
andáis un camino cual orugas,
y os vais dejando pudrir las entrañas
los caminos de libertad de vuestra alma.

Hay que dejar el camino social alquitranado
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas.
Hay que volar libre al sol y al viento
repartiendo el amor que tengas dentro.

De pequeño me impusieron las costumbres,
me educaron para hombre adinerado,
pero ahora prefiero ser un indio
que un importante abogado.

Abrid las mentes y los brazos y repartíos, 
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia
y, yo quiero que todos como hermanos,
compartamos amores, lágrimas y sonrisas.
¡Ama, ama y ama y ensancha el alma!

Las horas.

''En mi vida ya no queda nada. Salvo la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que fuimos nosotros.Querido Leonard, mirar la vida a la cara. Siempre hay que mirarla a la cara. Y conocerla por lo que es. Así podrás conocerla, quererla por lo que es. Y luego guardarla dentro. Leonard. Guardaré los años que compartimos. Guardaré esos años, siempre. Y el amor. Siempre. Y las horas''.




''La vida de una mujer en un solo día. Solo un día; y en ese día, toda su vida''.




''-¿Te enfadarías si...?
-¿Si me enfadaría si no aparecieras en la fiesta?
-¿Te enfadarías si muriera?
-¿Si murieras?
-¿Para quién es esa fiesta?
-¿Cómo que para quien es? ¿Qué quieres decir? ¿Qué estás insinuando?
-No insinúo nada, lo digo. Creo que solo sigo vivo para satisfacerte.
-Bueno, eso es lo que hacemos todos. Lo hace todo el mundo. Seguir vivo por los demás''.





''-¿Qué pasa cuando morimos?
-¿Qué pasa? Regresamos al lugar de donde venimos.
-Pues yo no me acuerdo de donde vine.
-Yo tampoco.
-Se la ve muy pequeña.
-Sí. Esa es una de las cosas que pasa. Empequeñecemos.
-Pero muy tranquila''.



''¿Me estás llamando ingrata? A mi me han robado mi vida. Vivo en un pueblo en el que no deseo vivir y llevo una vida que no deseo llevar. Dime por qué. Creo que es hora de que volvamos a Londres. La echo de menos. Echo de menos la vida allí. 
-No eres tú la que habla Virginia. Es un aspecto de tu enfermedad.
-Soy yo.
-No eres tú.
-Soy yo, es mi voz. 
-No, es una voz que oyes.
-¡No lo es, es la mía! ¡Este pueblo me está asfixiando! 
-Si pensaras con claridad recordarías que fue Londres lo que te deprimió. 
-Si pensara con claridad... Si pensara con claridad...
-Te trajimos a Richmond para que tuvieras paz.
-Si pensara con claridad, Leonard, podría decirte que estoy luchando sola y envuelta en la oscuridad que solo yo conozco, solo yo comprendo mi propio estado. Y tú vives, dices que vives con la amenaza de mi extinción. Leonard yo también vivo con ella. Ejerzo mi derecho. El derecho de todo ser humano, elijo no el asfixiante anestésico de los suburbios sino la violenta sacudida de la capital, esa es mi elección. A la paciente más humilde, a la más modesta le permiten dar su opinión en el modo de seguir su tratamiento, así define su humanidad. Desearía por ti Leonard ser feliz en esta tranquilidad, pero si debo elegir entre Richmond y la muerte elijo la muerte.
-Muy bien pues Londres. Volveremos a Londres. ¿Tienes hambre? La verdad es que yo sí. 
-Vamonos. No se puede encontrar la paz evitando la vida, Leonard.''



''-¿Están aquí verdad? Las voces.
-Oh, sí, siempre están aquí.
-¿Y son las voces las que te influyen, verdad?
-No, señora Dalloway eres tú. He seguido vivo por ti. Pero ahora debes dejar que me vaya.
-Richard... Yo...
-No, espera, espera. Cuéntame un cuento.
-¿Sobre qué?

-Un cuento sobre tu día.
-Me desperté y salí a la calle...
-Sí.
-...y fui a comprar flores, como la sra. Dalloway en el libro, ¿sabes?
-Ah sí.
-Y hacía una mañana preciosa.
-¿De veras?
-Sí, y era,era preciosa y también fresca
-Oh fresca, vaya.
-Sí.
-¿Cómo una mañana en la playa?
-Sí..
-¿Cómo eso?
-Sí.
-¿Cómo la mañana que saliste de aquel caserón? Tenías 18 años, puede que yo tuviera 19.
-Sí..
-Yo tenía 19 años y nunca había visto algo tan hermoso. Eras tú. Saliendo por una puerta de cristal aún medio dormida. ¿No es extraño? La mañana más corriente en la vida de cualquiera. No podré ir a la fiesta Clarissa.
-La fiesta...no importa.
-Has sido muy buena conmigo sra. Dalloway. Te quiero. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que hemos sido nosotros.
-¡¡Oh dios no!! ¡¡NO!!''



''-¡Es perfecto! Un cumpleaños perfecto.
-¿Tú crees? ¿Lo dices en serio?
-¡Claro que sí! Habréis estado trabajando todo el día.
-Eso hemos hecho, ¿verdad bichito? Hemos trabajado todo el día.
-Es algo fantástico. Lo que siempre había deseado.
-Ya Dan..
-Un día Richie te lo contaré. Te contaré cómo nos conocimos.
-Dan..
-Quiero hacerlo. Quiero que sepa la historia. Todo empezó cuando estaba en la guerra, allí no dejaba de pensar en una chica a la que había visto y no llegué a conocer en el instituto, esa chica extraña y de
aspecto frágil llamada Laura McGraw. Sí. Era tímida y muy interesante. Y a tu madre no le molestará que te cuente esto, era de esa clase de chicas que casi siempre veías sentadas solas y te aseguro que algunas veces en el pacífico sur, no sé por qué, pensaba en esa chica.
-Dan.
-Solía pensar en darle un buen hogar, una vida. Más o menos como esta. Y al pensarlo era feliz. Pensar en esa mujer, en esta vida me dio ánimos para seguir. Era mi idea de la felicidad''.

''-¿Es usted Laura Brown?
-Sí. Soy la madre de Richard.
-Por supuesto. Soy Clarissa Vaughn. Pase por favor. Mi amiga Sally está en la cocina con mi hija, llevaré esto a la habitación. Estábamos preparando una fiesta, íbamos a dar una fiesta.
-He tenido suerte he cogido el último avión de Toronto.
-Así que ella es el monstruo.
-Espero haber hecho lo correcto. Encontré su número en la agenda de Richard.
-Sí, él lo tenía. Pero no hablábamos a menudo. Es terrible sra. Vaughn enterrar a toda tu familia.
-El padre de Richard murió.
-Sí, murió de cáncer cuando él era joven. Y la hermana de Richard está muerta. Es natural que me sienta
indigna, que me sienta como algo sin valor, tú sobrevives y ellos no.
-¿Ha leído los poemas?
-¡Oh, sí! ¡Oh! Y también la novela. Verá...la gente dice que la novela es muy dura.
-Lo sé.
-Eso dicen.
-Ya lo sé.
-Me hizo morir en la novela. Ya sé porqué lo hizo. Y me dolió, no puedo decir que no me doliera
pero sé
porqué lo hizo.
-Usted dejó a Richard cuando era un niño.
-Dejé a mis dos hijos. Les abandoné. Es lo peor que puede hacer una madre.
-Sí...
-Usted tiene una hija.
-Sí, pero no conocí al padre de Julia.
-¿Tanto lo deseaba?
-Así es.
-Es afortunada. Hay momentos en que estás perdida y crees que lo mejor es suicidarte. Una vez fui a un hotel, esa misma noche tracé un plan. Planeé dejar a mi familia cuando naciese mi segundo hijo. Y eso hice. Me levanté una mañana, hice el desayuno, fui a la parada del autobús y subí a él. Había dejado  una nota. Conseguí un empleo en una biblioteca en Canadá. Quizás sería maravilloso decir que te arrepientes. Sería fácil. Pero ¿tendría sentido? ¿Acaso puedes arrepentirte cuando no hay alternativa? No pude soportarlo ya está. Nadie va a perdonarme. Era la muerte, yo elegí la vida''.




''Alguien tiene que morir para que los demás sepamos apreciar la vida. Es el contraste''.




''Las horas''.