Windows in heaven.: Otro golpe más sobre la cara de ese hombre al que había llamado papá mucho tiempo.

Cerró el puño, con rabia y fuerza. Ella lo agarró. Él se soltó. Ella lloró. Su puño se estampó en la cara de su padre.

-Hijo de puta -le dijo entre lágrimas- eres un hijo de puta.

Otro golpe más sobre la cara de ese hombre al que había llamado papá mucho tiempo. La mujer, con el ojo morado, continuaba en el suelo llorando sin saber que hacer. El malnacido no iba a quedarse quieto mientras un niñato de veinti pocos años le pegaba. Le devolvió el golpe. Su puño impactó contra el maxilar del joven.

-Y tu un niño no deseado.

En los ojos del padre no había nada de cariño, ni hacia él ni hacia ella, solo indiferencia y rabia. En los del chico decepción y rabia, mucha rabia. Y en los de la madre tristeza, demasiada tristeza.

La madre no sabía qué hacer, si llamar a la policía o dejar que se mataran el uno al otro. La primera opción era la más sensata pero los dos irían a prisión. Pero la segunda le dolía. Aún así, escogió la segunda. Optó por no mirar.

El chico y el padre continuaron pegándose una media hora más, hasta que uno de los dos calló al suelo.

Un disparo.

La mujer no quería mirar, pero miró. Se temía lo peor.

-Mamá... -dijo el joven acercándose a ella con la mano tendida- vamos.